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En la pediatría, la radiología es un diagnóstico por imagen enfocado en el estudio de enfermedades y condiciones médicas en bebés, niños y adolescentes. A diferencia de los adultos, los pacientes pediátricos tienen características anatómicas y fisiológicas específicas que requieren un enfoque especializado.

Los equipos radiológicos son adaptados para reducir la exposición a la radiación, garantizando así la seguridad de los menores. Este estudio, al igual que en los adultos, es benefactor y ayuda a prevenir futuras enfermedades. 

En pediatría es necesario identificar qué estudio radiológico es favorable a la edad del niño, dándole prioridad a estudios con baja radiación como lo son las ecografías y las resonancias magnéticas.

¿Cuáles son los estudios de radiología en niños?

Los principales estudios radiológicos utilizados en los niños son estos:

  1. Rayos x.
  2. Ecografía.
  3. Tomografía computarizada (TAC).
  4. Resonancia magnética nuclear (RMN).
  5. Fluoroscopia.

Estos estudios radiológicos son los más implementados en la población infantil debido a su baja complejidad y la poca exposición de radiación que tienen estos exámenes de diagnóstico por imágenes. 

Los Rayos X manejan una técnica rápida y muy accesible, siendo utilizada principalmente para el diagnóstico de fracturas óseas, infecciones pulmonares y alteraciones intestinales. Al tener un bajo nivel de radiación se convierte en una opción segura en la mayoría de los casos.

En el caso de la tomografía computarizada o (TAC), sus imágenes son mucho más detalladas y se implementa cuando los rayos x no son suficientes, como lo sería en traumatismos craneoencefálicos y patologías pulmonares graves. Sin embargo, su uso es limitado debido a la exposición a radiación, aplicándose solo en situaciones necesarias.

Con la resonancia magnética nuclear se utilizan técnicas más avanzadas, permitiendo así obtener imágenes precisas del cerebro, la médula espinal, los músculos y las articulaciones, sin utilizar radiación ionizante. Esta técnica es ideal para realizar estudios detallados, aunque su duración prolongada puede requerir sedación en niños pequeños.

En otro caso está la ecografía, el cual es un método de elección en niños, debido a su seguridad, al no emplear radiación ionizante. Es ampliamente utilizada para evaluar órganos abdominales, el sistema musculoesquelético, el cerebro en neonatos y el corazón mediante ecocardiografía. 

En estos estudios de radiología pediátrica también se cuenta con la fluoroscopia, que es un procedimiento dinámico utilizado en estudios del aparato digestivo y en procedimientos intervencionistas mínimamente invasivos. Debido a la exposición a radiación, se emplea únicamente cuando es imprescindible.

La radiología en pediatría desempeña un papel crucial en el diagnóstico de diversas condiciones médicas, permitiendo detectar y tratar enfermedades a tiempo con el menor impacto posible en los niños. La elección del estudio radiológico adecuado depende de múltiples factores, como la edad del paciente, la complejidad del diagnóstico y la necesidad de minimizar la exposición a la radiación. Es por esto que los especialistas priorizan métodos seguros como la ecografía y la resonancia magnética cuando es posible, asegurando un equilibrio entre precisión diagnóstica y bienestar infantil.

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