
El contraste es una sustancia que se le administra al paciente antes o durante un estudio de imagen, mejorando la diferenciación de órganos y tejidos, permitiendo ver con más precisión si hay alguna lesión o enfermedad.
Este compuesto puede administrarse de distintas maneras, ya sea oral, rectal, intravenoso o intraarterial, y dependiendo el enfoque del estudio y de la zona a analizar, el medio de contraste puede ayudar a:
- Mejorar la visualización de vasos sanguíneos, arterias y venas.
- Identificar tumores, infecciones, inflamaciones o lesiones en órganos.
- Resaltar anomalías en el cerebro, médula espinal o sistema nervioso.
- Evaluar el funcionamiento de órganos como riñones, hígado y corazón.
- Detectar problemas en el sistema digestivo o urinario.
¿Qué tipos de estudios requieren medio de contraste?
No todos los estudios de imagen necesitan contraste para su desarrollo efectivo, sin embargo, en los siguientes casos es común su uso:
Tomografía computarizada (TC) con contraste
Este estudio emplea rayos X para obtener imágenes transversales del cuerpo. El contraste mejora la visualización de órganos internos, vasos sanguíneos y tejidos blandos. Se usa comúnmente para:
- Detectar tumores o masas anormales.
- Evaluar aneurismas o bloqueos en arterias.
- Diagnosticar enfermedades renales o hepáticas.
Resonancia magnética (RM) con contraste
La resonancia magnética utiliza campos magnéticos para obtener imágenes detalladas del cuerpo. En ciertos casos, se administra contraste para observar con más precisión el sistema nervioso, los músculos o los órganos internos para ayudar a identificar anomalías como:
- Trastornos cerebrales, tumores o enfermedades neurológicas.
- Evaluar lesiones en articulaciones y tejidos blandos.
- Diagnosticar enfermedades en la médula espinal.
Radiografías, ecografías y tomografías
Algunas radiografías, ecografías y tomografías requieren el uso de un medio de contraste para evaluar:
Problemas en el esófago, estómago e intestinos (por ejemplo, úlceras o tumores).
Función renal y obstrucciones en el sistema urinario.
Enfermedades hepáticas y biliares.
¿Cómo se administra el medio de contraste?
Existen diferentes formas en las que se puede administrar el contraste, dependiendo del tipo de estudio y del área del cuerpo a analizar:
- Vía intravenosa: En este caso se inyecta en una vena del brazo o la mano. Este es el método más común en tomografías y RM.
- Vía oral: En esta administración se ingiere un líquido con contraste, generalmente para evaluar el sistema digestivo.
- Vía rectal: Esta aplicación es introducida por recto en estudios específicos del colon y el intestino grueso.
- Después de la administración, esta sustancia circula por el cuerpo, resaltando las áreas necesarias para obtener imágenes más detalladas y clarificadas.
El medio de contraste es seguro en la mayoría de los casos, aun así, algunas personas pueden experimentar efectos secundarios leves como: Sensación de calor o enrojecimiento en la piel, sabor metálico en la boca o náuseas leves.
En casos aislados las personas pueden llegar a tener reacciones alérgicas al contraste, como picazón, sarpullido o dificultad para respirar, pero estas afectaciones son muy poco comunes, por lo general esta sustancia no causa ninguna afectación al paciente, pero aun así, se recomienda ser precavido y cuidadoso luego de ser ingerida la sustancia.