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La mamografía se ha consolidado como una herramienta esencial en la detección temprana del cáncer de mama, debido a su capacidad para identificar anomalías en el tejido mamario antes de que se manifiesten síntomas visibles o palpables. 

Su alta efectividad radica en la posibilidad de detectar tumores de tamaño reducido, así como microcalcificaciones, que en muchos casos representan una de las primeras señales de enfermedad. Además, este estudio permite evaluar cambios en la densidad mamaria, lo que resulta clave para un diagnóstico más preciso y oportuno. 

En la medicina, la tecnología ha tenido un papel de suma importancia, aplicando múltiples avances en los estudios por imágenes, como lo es en el caso de la mamografía, este examen no solo facilita la identificación temprana del cáncer de mama, sino que también aumenta significativamente las probabilidades de un tratamiento exitoso y menos invasivo.

La mamografía es un estudio que tiene diferentes tipos, cada uno con características y aplicaciones específicas.

¿Cuáles son los distintos tipos de mamografías?

Los tipos de mamografías incluyen la mamografía convencional y mamografía digital, a su vez la mamografía digital puede ser bidimensional (2D) y tridimensional (3D o también tomosíntesis), estos estudios son las últimas implementaciones tecnológicas en el campo de la salud. Así también, en la mamografía convencional existen dos tipos, mamografía de detección y de diagnóstico. 

En la mamografía digital bidimensional (2D), las imágenes son convertidas en señales que se transmiten a una computadora y son almacenadas como un archivo digitalizado. Esta técnica de estudio tiene muchos beneficios, entre ellos, que se requieran menos estudios por imágenes de seguimiento o complementarios, al mejorar la precisión diagnóstica. 

Por otro lado, está la mamografía tridimensional (3D o también tomosíntesis), esta técnica captura una serie de imágenes en diferentes ángulos, lo que permite una reconstrucción tridimensional de las mamas con alta resolución.

Es beneficioso realizarse una mamografía tomosíntesis 3D, en especial, mujeres con mamas densas y menores a 50 años o quienes se encuentran en la perimenopausia o comienzo de la menopausia. 

Ahora bien, de la mamografía convencional se derivan dos tipos, mamografía de detección o de diagnóstico. 

La mamografía de detección es formulada como control de rutina a todas las mujeres que no tienen síntomas ni signos de cáncer de mama, y con la frecuencia que corresponde según la edad y el riesgo individual de cada mujer. Por otro lado, está la mamografía de diagnóstico que se recomienda para verificar si puede tratar de cáncer de mama cuando se ha palpado un bulto o hay otro síntoma o signo de sospecha. También se realiza cuando se han hallado cambios y se desea evaluar mejor las imágenes de una mamografía de exploración.  

La mamografía sigue siendo una herramienta clave en la detección temprana del cáncer de mama, ofreciendo diferentes tipos de estudios que se adaptan a las necesidades y condiciones individuales de cada paciente.

Independientemente del tipo de mamografía utilizada, lo más importante es la realización periódica de este estudio, ya que juega un papel fundamental en la prevención y el tratamiento oportuno del cáncer de mama, aumentando significativamente las posibilidades de un pronóstico favorable y una mejor calidad de vida.

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